Una ventilación deficiente puede acarrear graves consecuencias para la salud y la seguridad. Descubre cómo la correcta colocación de rejillas de ventilación adecuadas puede prevenir accidentes y mejorar la calidad de vida.
Respirar un aire viciado con exceso de humedad o contaminantes puede provocar desde somnolencia y dolor de cabeza hasta asma, alergias e infecciones respiratorias. Pero los peligros de una mala ventilación van más allá.
Riesgo de intoxicación por monóxido de carbono
El monóxido de carbono es un gas extremadamente peligroso que se genera cuando se producen combustiones incompletas, especialmente en aparatos que funcionan con gas, carbón, leña o gasolina, como calderas, estufas, braseros, chimeneas o cocinas.
Lo que hace tan letal al monóxido de carbono es que es un gas inodoro e incoloro, por lo que pasa totalmente desapercibido para los sentidos humanos. No produce ningún olor ni se puede detectar visualmente. Esta característica invisible hace que sus efectos sean tan traicioneros.
Al respirar monóxido de carbono, este gas se adhiere a los glóbulos rojos de la sangre impidiendo el correcto transporte de oxígeno a los tejidos, provocando dolor de cabeza, mareos, náuseas e incluso la muerte por asfixia en cuestión de horas si la exposición es prolongada.
Muchas muertes por intoxicación se producen mientras las personas duermen, ya que el monóxido se acumula de noche sin que se perciba. Los grupos de riesgo son niños pequeños, embarazadas y ancianos.
Es imprescindible contar con unas rejillas de ventilación correctamente dimensionadas y ubicadas, preferiblemente en zonas altas, para permitir la salida rápida del monóxido de carbono al exterior antes de que alcance concentraciones tóxicas. También se recomienda instalar detectores de CO.
Una ventilación adecuada puede salvar vidas previniendo la acumulación de este mortal gas invisible. La instalación de rejillas de ventilación de calidad es una medida de seguridad esencial en cualquier hogar.
Prevención de incendios
Los incendios en viviendas constituyen un grave peligro que en muchas ocasiones se ve agravado por una ventilación interior deficiente.
Se estima que alrededor del 10% de los incendios domésticos están directamente relacionados con una ventilación inadecuada que no permite la correcta evacuación de humos y gases calientes.
Cuando se produce un incendio en espacios cerrados, la acumulación rápida de humo tóxico y el aumento de temperatura son los principales responsables de víctimas mortales. Una correcta ventilación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Por ello, contar con suficientes rejillas de ventilación ubicadas estratégicamente para permitir la salida de humos es fundamental para ganar tiempo ante un conato de incendio. Incluso unos pocos minutos pueden resultar vitales para evacuar a los ocupantes antes de quedar atrapados.
Además, la ventilación también ayuda a rebajar la temperatura ambiente y ralentizar la propagación de las llamas hasta la llegada de los bomberos, aumentando las posibilidades de sofocar el incendio en una fase temprana.
En definitiva, la presencia de un adecuado sistema de rejillas de ventilación puede marcar la diferencia entre un pequeño conato de incendio o una tragedia de grandes dimensiones. Su instalación en cantidad y ubicación correcta debe ser una prioridad en cualquier hogar.
Control de la humedad y el moho
Cuando la humedad del aire no puede salir al exterior, se condensa en paredes y techos propiciando la aparición de moho, óxido y putrefacción.
Unas rejillas de ventilación bien calculadas ayudan a mantener la humedad ambiental en niveles saludables entre el 30% y el 50%, controlando la condensación.
Mejora del confort y productividad
Más allá de los accidentes, una inadecuada ventilación afecta al bienestar y la productividad de los ocupantes de un edificio.
Dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración… son síntomas comunes de una mala calidad del aire interior. Unas buenas rejillas de ventilación son claves para trabajar y vivir mejor.